Cualquier digestión requiere que el medio sea ácido (estómago) para llevarla a cabo correctamente. Si tal nivel de acidez no es lo suficientemente alto, el organismo no será totalmente capaz de digerir la comida en nutrientes (descomponer en cadenas moleculares) y ser posteriormente absorbidos. El tipo de ácido que logra permitir a que el estómago realice la digestión sin dificultades se denomina ácido clorhídrico (HCl).
Es utilizado para favorecer y facilitar la digestión gracias a las llamadas propiedades carminativas. Ayuda a tratar los síntomas asociados a trastornos digestivos espasmódicos leves, incluyendo distensión abdominal y flatulencia. También es útil en caso de indigestiones o digestiones pesadas, estados de empacho o hartazgo y contribuye a aliviar los espasmos gastrointestinales.
Gracias a sus aceites esenciales, los músculos del estómago y de los intestinos se relajan para dar paso a una digestión más ligera en general. Favorece la flora intestinal y ayuda a reducir la hinchazón abdominal.
Es una enzima muy eficaz que ayuda a reducir las molestias asociadas con la intolerancia a la lactosa, ya que la convierte en glucosa y galactosa.